martes, 1 de enero de 2013

¿Por qué hay limosneros en masonería?

En las últimas semanas, un grupo de HH.·. escindidos del GPDG han intentado introducir una controversia en torno al oficio del “Capellán” o “Limosnero” dentro del Régimen Escocés Rectificado. Lamentablemente, como ocurre habitualmente con los murmuradores, se utiliza internet para descalificar a las personas de manera cobarde, hecho que ha ocurrido con nuestro Muy Rev.·. Hermano Jean François Var, Gran Capellán/Limosnero del Gran Priorato de las Galias, cuyos trabajos venimos publicando en “Temas de Masonería”. Siendo una de las figuras más notables de la Orden, que ha puesto su pluma y su trabajo al engrandecimiento del RER, creemos que corresponde dar a conocer en español su propia respuesta a los difamadores y a los calumniadores. Siempre resulta desgraciada la difamación de un H.·., más aún si la misma ataca a su religión. Este simple hecho califica de por sí a aquel que fomenta la discordia. Queda claro, con esta introducción, nuestro apoyo y nuestra cercanía espiritual con el H.·. Var. 



Jean François Var, Gran Capellan del GPDG y Ramón Matí Blanco, Gran Prior del GPDH

¿Por qué hay limosneros en masonería?

Traducción: Ramón Martí Blanco


En estos últimos días viene tomando cuerpo y amplificándose una supuesta controversia sobre la pretendida “clericalización” del Régimen Rectificado. Esta controversia tiene que ver, y de manera exclusiva, con el Gran Priorato de las Galias, y en particular con el Gran Limosnero, es decir, conmigo mismo. Así mismo, dicha controversia no se detiene tan solo aquí, extendiéndose también a mi Iglesia, calificada de falsa Iglesia, de secta, etc. Estos últimos calificativos rozan con toda evidencia la difamación, ya que solo puede denominarse legalmente secta una organización mencionada en la relación parlamentaria dedicada a ésta cuestión. Pero la impudencia de los calumniadores no tiene límites ya que ponen absolutamente en duda que vayamos a derrochar nuestra energía, nuestro tiempo y nuestro dinero llevándolos ante la justicia. Tienen pues el campo libre, lo saben y se aprovechan de ello.

Estas críticas, es preciso decirlo, provienen de un cierto número de individuos que se han separado del Gran Priorato de las Galias siguiendo a tres ex-Grandes Dignatarios, a los que se han unido algunos otros provenientes de otras jurisdicciones. Creen deliberadamente perjudicar al Gran Priorato de las Galias perjudicando a mi persona, pero se equivocan doblemente.

Dejemos esto y dediquémonos a la única cuestión que importa: la de los principios. Según estos “fiscales”, yo sería culpable por haber transgredido los principios promulgados por Jean-Baptiste Willermoz, constituyendo en el seno del Gran Priorato de las Galias una “Capellanía”, estructura particularmente aborrecible a sus ojos.

Hare observar en primer lugar que ésta Capellanía no data de ayer, sino que figura desde primer momento en las Constituciones del Gran Priorato de las Galias, es decir desde el año 2005, y no ha sido nunca contestada, ni en su momento, ni con ocasión de las cinco revisiones estatutarias que le han seguido, cuya última es absolutamente reciente pues data del 29 de septiembre último. Con esa fecha, dos de los tres Grandes Dignatarios citados anteriormente participaron en las asambleas deliberativas y ninguno de ellos levantó la voz. Vaya esto por la forma.

Los mismos fiscales invocan en apoyo de sus acusaciones lo que ellos presentan como la verdadera opinión de Willermoz. Citan algunos extractos de su correspondencia, de este modo:
Desde el mismo momento que se mezcle religión con masonería en la O. simbólica se operará su ruina. Veo como la misma se prepara en distintos lugares por la multiplicidad poco exigente […] y por el celo imprudente que queriendo el bien del prójimo se libra al espíritu de proselitismo. Para hacer preferir nuestro régimen ponemos al descubierto sus principios y su objeto particular, nuestro discurso oratorio se convierte en sermones, pronto nuestras Logias se convertirán en iglesias o en asambleas de piedad religiosa… […] Este peligro, amigo mío, que puede parecer quimérico está más cercano de lo que pensamos, si no se pone orden prontamente…

[Carta de Willermoz a Bernard de Türckheim (1752-1831), del 3 de febrero de 1783, in Renaissance Traditionnelle, nº 35, julio de 1978, pág. 179].

Otra cita:
(…) Os llamo la atención respecto a que la adquisición de un buen Sacerdote es siempre preciosa para una Logia, pero hay que evitar hacer abundar esta clase de hombres, porque tarde o temprano el Hábito hace su trabajo, y desgraciadamente hemos tenido ocasión de observar, como casi siempre allí donde ella abunda en demasía, procura adquirir influencia y jugar un papel, se convierte en intolerante, y casi siempre, si ella puede, dominadora. He aquí porque en Lyon recibíamos en el simbolismo a todos aquellos que merecían ser estimados, pero solo llevábamos a los últimos grados a aquellos más asiduos y rigurosamente probados.”

[Jean-Baptiste Willermoz, Carta a Achard, Lyon (17 al 27 de febrero de 1805), B.M. Lyon, MS 5456.]

Señalaremos en primer lugar que estas afirmaciones provienen de correspondencias privadas de Willermoz y que estas correspondencias son siempre circunstanciales, ya que ellas se relacionan con acontecimientos dependientes a un contexto influyendo el mismo absolutamente en el alcance dado a la cuestión. Segunda observación: estas cartas privadas, que expresan el sentir de Willermoz en una precisa circunstancia, no enuncian en ningún caso los principios y reglas a los que entiende obedece el Régimen. Un ejemplo: Willermoz tuvo con Bernard de Türckheim –anteriormente citado- vivos intercambios epistolares, relacionados, por una parte, sobre el papismo, al que Willermoz defendía con cierta severidad, y por otra, sobre la Reforma, de la que Türckheim, presidente del sínodo luterano de Estrasburgo, era ferviente partidario. Esh, ha dado de ésta correspondencia extractos significativos en el post de fecha 4 de diciembre del 2012, en su blog Réconciliation universelle (http://reconciliationuniverselle.over-blog.com/). ¿Qué eco o efecto han tenido las afirmaciones de estas correspondencias en los textos doctrinales del Régimen? Ninguno, absolutamente, ninguno. Lo que hace que luteranos y reformados se encuentren cómodos. (Los ortodoxos también, ya que no hay nada en estos textos que contradiga su fe). [Nota del traductor: al igual sucede con los Católico Romanos].

En cuanto a la  carta de Achard, le dan a la misma un carácter absoluto que ella no tiene en realidad, amputándola. ¿Qué nos dice realmente? Que no es bueno que hayan demasiados sacerdotes en una misma logia –se me reconocerá que no es preciso sufrir mucho por este riesgo en nuestros días… En contrapartida la mención de, “la adquisición de un buen Sacerdote es siempre preciosa para una Logia”, ¡no puede ser más clara! Y la receta, Willermoz la da de este modo: “en Lyon recibíamos en el simbolismo a todos aquellos que merecían ser estimados, pero solo llevábamos a los últimos grados a aquellos más asiduos y rigurosamente probados.” En ningún caso se trata de exclusión sino de discernimiento.

Curioso, este anticlericalismo, por parte de gentes que afirman profesar le cristianismo más depurado, al que denominan “trascendente”, a menos que ello signifique “fuera de la Iglesia”, lo que no es imposible…

Acabamos de ver como su posición no es conforme con el sentir íntimo de Willermoz. ¿Acaso concuerda mejor con los textos constitutivos del Régimen Rectificado –de los que ellos mismos presumen-, es decir, los dos Códigos de 1778? ¡En modo alguno! Citaremos el Código General y Reglamentos de la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa, promulgado en el Convento Nacional de las Galias, tenido en noviembre 465 / 1778, donde podemos leer en el Título I, Artículo I: “Los Caballeros regulares, es decir, aquellos que han recibido las Ordenes Sagradas de una comunión Cristiana, encomendados en particular al amor por las buenas costumbres & a una religión dulce, bienhechora & tolerante, cumplirán las funciones eclesiásticas en las ceremonias de la Orden, & velarán por la observancia del culto divino & de una santa disciplina en los asilos, hospitales de huérfanos & otros hospicios fundados por la Orden.

Mejor aún: cada “Capítulo Prefectoral” debe contar con un Prior del clero (Título VIII, Capítulo I, Artículo I) que tiene una responsabilidad esencial velando por el buen reclutamiento de los Caballeros: “Es el Prior clerical quien se encargará de las informaciones sobre las cualidades morales del candidato; hará las averiguaciones más severas para asegurarse de sus principios religiosos, sus costumbres & su carácter. Se informará sobre si respeta la religión, base de la dicha pública, si no ataca los principios & sobre todo los sentimientos religiosos con sarcasmos, & si está calado por esta tolerancia dulce & esclarecida, de esta caridad fraternal, que la ley cristiana prescribe.” (Título 1, Artículo II).

Y por otra parte: “El Prior eclesiástico, Inspector de los Caballeros regulares, es el encargado de todas las ceremonias religiosas & de la dirección espiritual de las fundaciones bienhechoras de la Orden.
Se cuida particularmente de la conservación de la regla & las buenas costumbres. Por esta razón es el encargado de llevar a cabo las rigurosas investigaciones que se hacen antes de recibir a un candidato al noviciado & da por escrito su permiso al Comendador que lo hace registrar.” (Título 8, Capítulo I, Artículo IV, párrafos 1 y 2).

Si no se trata aquí de clericalismo, es que el término no tiene sentido. Si alguna vez hubiera estado tentado por mi parte de aplicar estas disposiciones, nunca revocadas y todavía vigentes, ¡válgame Dios!, ¡qué alboroto se habría formado!

Por lo que respecta al Limosnero, está escrito: “Es elegido en Capítulo por la pluralidad de sufragios, de preferencia en la clase de los Caballeros regulares.” (Título 3, Capítulo I, Artículo VIII).

[Añadamos en favor de la historia, que Willermoz reclutó en particular diversos canónigos-condes del capítulo de la catedral de Lyon; como Guillaume de Castellas (Guillelmus a Lumine), Marie-Agathange de Bernard de Montessus de Rully, Henry de Cordon (Enricus a Griffone alato), César de Clugny, Anné-Hérard de la Magdeleine de Ragny… (J. Beyssac, les chanoines de l’Eglise de Lyon, Lyon, P. Grange & Cie., 1914).]

Son las mismas funciones, la misma misión, que en términos casi paralelos, la Constitución del 2005 del Gran Priorato de las Galias ha conferido a los “Capellanes de las Ordenes”, pero “modificadas según el estado actual de la Orden, el genio y las necesidades del momento”.

¿Qué estipula ésta Constitución, en su Título VII?: “La Capellanía es un organismo nacional cuya misión es la de ponerse al servicio del consuelo material, moral y espiritual de la humanidad al que las Ordenes constituyentes del Gran Priorato de las Galias, están especialmente dedicadas.
            “Los campos de acción de la Capellanía son: las ceremonias religiosas de las Ordenes de Caballería; la beneficencia y la caridad cristianas en el seno y al exterior del Gran Priorato de las Galias; la enseñanza de los principios espirituales de las Ordenes, en particular la doctrina de la religión y la iniciación cristianas.” (Libro VII, Título 1).

En el Título 2, se enuncia: “El Gran Limosnero escoge, en acuerdo con el Gran Maestro Nacional, a los Caballeros eclesiásticos que estima aptos para actuar en el seno de la Capellanía. Puede igualmente llamar a los Caballeros que hayan recibido las órdenes menores en una confesión cristiana o pertenecientes a órdenes terciarias, o incluso Caballeros recomendables por sus sentimientos religiosos y sus buenas acciones. Los miembros de la Capellanía así nombrados llevarán el título de Capellanes de las Ordenes.”

Así pues, estos Capellanes podían ser clérigos o laicos; las circunstancias han hecho que sean todos laicos a excepción de uno.

Podremos observar que sus prerrogativas son infinitamente menos extensas que las de sus antecesores, los Priores del clero o Priores eclesiásticos.

Dicho todo esto, ¿qué caballero cristiano, qué masón cristiano de buena fe y correctamente informado, podría ofuscarse?

Los Capellanes y Limosneros actualmente en funciones cumplen su oficio con modestia, sin ostentación, con caridad y amor al prójimo, a satisfacción de todos.

Quisiera terminar esta reseña aclaratoria con las palabras que tomaré prestadas de aquel que era Gran Maestro Nacional, en el momento de la aprobación de la Constitución y puesta en práctica de las estructuras que ésta comporta, en particular de la Capellanía.

Marcus, i. O. eques ab Insula Alba, GCCS, Gran Maestro Nacional del Gran Priorato de las Galias, Ordenes de los Caballeros Masones Cristianos de Francia, en su discurso solemne de la festividad de la Saint-Michel, declaraba:
            “…antes de proceder a […] la instalación –de naturaleza caballeresca- del Gran Maestro Adjunto, he tenido que operar inmediatamente una especie de “reincrustación”, de retorno a los primeros principios, de la transmisión propia del Gran Capellán, para mayor beneficio de la Orden y singularmente de los Hermanos que debían ser instalados”.

Y de añadir en nota –que cito íntegramente-, y ¿qué mejor conclusión que ésta?: “Al respecto, debo recordar, que tener al servicio de la comunidad un eclesiástico dedicado a la Orden es una excelente cosa. Puede, que algunos Hermanos, no tengan plena consciencia de ello. Por ser más precisos, tengo la impresión que algunos Hermanos temen un tanto a nuestro Capellán, no en tanto que Hermano, sino por su calidad sacerdotal. No hay que temer por ello. No hay que temer por diversas razones, entre las cuales:
-          porque es nuestro Limosnero, es decir, está a nuestro servicio, no está por nosotros, sino para nosotros. Es un Hermano con un “talento” particular; ¿no está aquí por otra parte, para “convertir”, dirigir, convencer de aquello que le concierne? ¿no somos acaso una Orden cristiana?
-          Está nombrado por el Gran Maestro, del que depende, y su acción en la Orden es absolutamente de servicio y entrega, soy a la vez testigo de ello, y ante la Orden, garante de ello.
-          Finalmente, y dirigiéndome más particularmente a los Caballeros, me pregunto: ¿quién de vosotros no tiene un recuerdo emotivo de las velas de Armas que él ha presidido?

El 29 de diciembre del 2012

Joannes Franciscus
Eques a Tribus Liliis
Gran Capellán/Limosnero de las Ordenes del
Gran Priorato de las Galias


Dedicado a injustos y seductores

8 Hijos míos, ésta es la última hora; y como bien habéis oído decir que el Anticristo debe venir, tenemos desde ahora mismo varios anticristos, lo que nos da a conocer que nos encontramos en la última hora.

19 Ellos han salido de nosotros, pero no eran de nosotros, ya que si lo hubieran sido, hubieran permanecido con nosotros; pero se han ido, a fin de que fueran reconocidos, porque ellos no son de nosotros.

20 En cuanto a vosotros, vosotros habéis recibido la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.

21 No os he escrito como a personas que no conocen la verdad, sino como aquellos que la conocen, y que saben que ninguna mentida puede venir de la verdad…

26 He aquí lo que he creído deber escribiros relativo a aquellos que os seducen.

27 Pero para vosotros, la unción que habéis recibido del Hijo de Dios permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de nadie que os enseñe; pero como ésta misma unción os enseña todas las cosas, y que ella es la verdad exenta de toda mentira, no tenéis más que permanecer en lo que ella os enseña.

28 Ahora pues, hijos míos, permaneced en ésta unción, a fin de que cuando el Hijo de Dios aparecerá en su esplendor, tengamos confianza ante Él, y no estemos confundidos por su presencia.

29 Si sabéis que Dios es justo, sabed que todo hombre que vive según la justicia, es nacido de Él.

(Biblia dicha de Sacy o de Port Royal, edición de 1759) Traducción: Ramón Martí Blanco

3 comentarios:

  1. Hola,

    El texto es muy propio de Var, he escuchado a lo largo de los últimos años a varios hermanos opinando sobre Var, creo que es fácil juzgar cuando no se ha juzgado antes a uno mismo. Supongo que los tres disgnatarios salientes hicieron lo mismo y lo subestimaron. Var no solo es sacerdote, además es uno de los mejores expertos en historia del RER, uno de los pocos que ha recorrido y leido los manuscritos originales en sus diferentes versiones y países. Su dominio en lenguas, hebreo, griego antiguo y latin, entre otros, le han permitido trazar un map del RER. He tenido pocos encuentros con este hermano, pero siempre han sido largas conversaciones muy productivas y agradables.
    Por cierto, ¿ya dejó de ser Limosnario para ser ahora Limosnero?

    Abrazos
    HC

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  2. Me gustaria adaptar el buen articulo para nuestra encyclopedia www.freimaurer-wiki.de me podeis dar permisso ?
    Herm Jens Rusch

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  3. Estimado Jens, por supuesto puede utilizar el artículo, citando al autor, desde luego. Fraternal abrazo

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