La palabra latina machio-onis, ya era conocida en el siglo VIII y descripta por San Isidoro de Sevilla
El vocablo masón tiene su origen en la alta Edad Media, en tiempos anteriores al Imperio de Carlomagno. Según San Isidoro de Sevilla se denominaban machionis (albañiles) a los trabajadores de la construcción, a causa de las machinas (andamios) que utilizaban para alcanzar la altura de las paredes[1]. De este vocablo machio derivan los términos macón (francés), mason (inglés), masón (español), maurer (alemán) y muratore (italiano).[2] Por lo tanto, su actual utilización se remonta al siglo VIII, aunque es frecuente encontrar en antiguos textos monásticos el concepto latino magíster caementarius para definir al maestro albañil. En determinado momento, éstos trabajadores recibieron ciertas franquicias y privilegios constituyéndose en gremios o corporaciones –llamados a menudo guildas- que gozaban de libertades especiales, entre ellas la de moverse libremente a lo largo de Europa. Es por esa razón que los masones se convirtieron en francmasones al anteponer la palabra libre a la de albañil (freemasons, freimaurer, francomuratori etc.). Sin embargo, en la actualidad, se utiliza indistintamente cualquiera de los dos vocablos (masón, francmasón) para identificar a quienes pertenecen a la Masonería.
[1] San Isidoro de Sevilla, Etimologías, XIX, IX, 1.
[2] Niermeyer Lexicon Minus, machio-onis = masón.
[1] San Isidoro de Sevilla, Etimologías, XIX, IX, 1.
[2] Niermeyer Lexicon Minus, machio-onis = masón.
Qh.'.gracias por continuar puliendo mi piedra bruta
ResponderEliminarTAF.'.
Con atraso, mucho atraso, te agradezco tu comentario. TAF
ResponderEliminarSignifica mucho que sea a través del SANTO PATRONO de este 5to Libro que arrojés luz sobre el generoso "lomo"(Miguel Cané) de esta etimología que nos mantiene en el recuerdo de la piedra del ser y le devuelve el misterio aéreo del andamio.
ResponderEliminarAbusando de la tolerancia y caridad de este espacio, aprovecho para corregir el apellido SMEKENS, al que en otro comentario le añadí una e, Con dicho hermano, otrora, algo arrimábamos vía JEAN PALAU a la connotación del andamio, así como a tantas esperanzas operativas vía JEAN TOURNIAC. Aunque parezca caer en lo personal recuerdo a mi Padrino, CHARLES ALBERT STANLEY MASON, que sin etimologías pero con mitos albañiles, poblaba mi imaginal con arcaísmos parabólicos sobre el ANDAMIO.
ResponderEliminarAhora Ud. perfecciona estas recapitulaciones con estas nobles etimologías.
Gracias.
Es muy interesante esta etimología, que nos remite, también en esa línea, a la cofradía de los magistri comacini; por lo menos así reverberan estos conceptos en mi mente y me interesaría conocer tu opinión al respecto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo tredicional.
Eduardo Daniel Vázquez
Sigo aprendiendo y aprehendiendo, nutriéndome de vuestros comentarios y publicaciones.
ResponderEliminarMuchas gracias.
Excelente y, en verdad, muy interesante publicación.
ResponderEliminarGracias.
Una duda menos para mi humilde conocimiento y crecimiento. Gracias.
ResponderEliminarSer albañil es un trabajó humilde pero simprsi llegó donde me propongo
ResponderEliminar