La publicación de un libro
siempre es motivo de alegría y satisfacción. Más en este caso en el que
comparto la autoría con un hombre al que guardo un gran respeto y un sincero
afecto. Me refiero a Ramón Martí Blanco, ex Gran Prior del GPDH.
“Conversaciones en el
Claustro” es un libro inesperado, pues en realidad fue pensado a modo de
conversaciones que se publicaron en la web a lo largo de los últimos años,
siendo además el más “europeo” de mis libros, pues refleja mis preocupaciones
más profundas en torno al futuro de la cristiandad y el rol de la
francmasonería en el viejo continente.
Su aparición en el dilatado
mundo de la literatura masónica no podría haber sido más oportuna, pues esta
misma semana el cardenal Ravasi, responsable del Pontificio Consejo para la Cultura del Vaticano,
sacudió a propios y extraños tendiendo puentes a “sus queridos hermanos
masones”. Y este libro habla sobre la masonería cristiana, especialmente sobre
el Régimen Escocés Rectificado.
El nombre responde al ámbito
en donde nacieron estas conversaciones.
El claustro de Sant Pau del
Camp, ubicado en el barrio de Raval, en Barcelona, guarda para mí un
sentimiento particular. Lo visité el primer día que llegué a la capital
catalana. Con Ramón Martí Blanco llevábamos varios años de contacto epistolar.
Había encontrado en él a una suerte de corresponsal con el que intercambiar
correos electrónicos que más bien parecían cartas medievales, de esas que se
enviaban con lacre.
Los temas que nos unían poco
tenían que ver con la existencia efímera de un mail. Escribíamos sobre la
crisis del cristianismo, sobre la pérdida de la identidad cultural de Europa y
sobre la fragmentación creciente de la francmasonería. De algún modo ambos
añorábamos un mundo perdido, o en vías de extinción.
Tal vez, el claustro de San
Pau del Camp representaba para Ramón todo aquello que veíamos perderse, y quizá
por eso decidió llevarme a conocerlo apenas bajé del avión, antes incluso de
dejar las maletas en el hotel en el que me alojaría durante aquel invierno de
2008.
Recorrimos el monasterio en
silencio. Barcelona me recibía en el seno de uno de sus tesoros medievales más
preciosos: una construcción románica de mil años de antigüedad, que por efectos
de la expansión demográfica, de ser un típico establecimiento monacal de la
campiña, quedaba ahora engullido por la ciudad, como el antiguo clavo que
termina cubierto por la corteza del árbol.
El claustro es pequeño, pues
según me ha referido Ramón nunca albergó más de una veintena de monjes. La
tierra ha sido cubierta por un pedregullo, y la escasa vegetación crece en
algunos rincones, en grandes macetas. Pero sus columnas son únicas, y me ha
sido difícil encontrarlas más bellas en otros claustros cuyos nombres hacen
palidecer al de Sant Pau del Camp.
Llevábamos, como he dicho,
largo tiempo de contacto postal, de modo que, cuando finalmente nos sentamos a
hablar en esas columnas, casi no había modo de ordenar la inmensidad de temas
que queríamos conversar. La imagen que decora la portada de este libro es,
desde luego, de nuestro querido claustro del monasterio enclavado en Raval.
Allí comenzaron nuestras charlas sobre el duro presente y el incierto futuro de
la cristiandad occidental, vistos por los ojos de dos masones cristianos
El porqué hemos escrito este
libro, o mejor dicho, cómo es que estas conversaciones se terminaron
convirtiendo en un libro, está ampliamente explicado en el prólogo que hemos
hecho cada uno. Tal vez lo más relevante para agregar aquí es que me produce
una inmensa satisfacción que estas conversaciones no se hayan perdido en el
ominoso mar del mundo digital, y que nuestro buen amigo y Hermano Ignacio
Méndez Trelles haya hecho posible su publicación. Nunca deberíamos dejar de
agradecer el esfuerzo de su editorial –Ediciones del Arte Real– que vino a
cubrir un enorme hueco que padecía la literatura masónica en lengua española.
Pero hay otros motivos que
hacen que este libro sea especial para mí. La francmasonería atraviesa un
momento muy particular de su historia. La mayoría de los libros que se escriben
sobre los masones repiten las mismas letanías, las glorias pasadas, las virtudes
de la "buena sociedad" como solía definirla Avalos Billinghurst .
Nadie habla de la enorme
fragmentación ni de la decadencia que invade al debate masónico, cada vez más
laxo. Este libro nos permite sacudir de algún modo esta siesta, porque pone
sobre el tapete temas que nadie quiere abordar. Y lo hace desde el lugar más
políticamente incorrecto: el de una masonería cristiana y tradicional, anterior
a todo el discurso racionalista liberal que –hay que decirlo– es en gran parte responsable
de toda esta debacle.
Finalmente, no puedo menos
que celebrar que, en pocos años, hayamos podido generar una copiosa literatura
sobre el RER (Rito Escocés Rectificado) gracias al esfuerzo de traducción hecho
por Ramón Martí Blanco (merced a su esfuerzo hoy leemos en español a Jean
Fraçois Var, Jean Marc Vivenza y a las Actas del Covento de Wilhelmsbad, entre
otros textos), al trabajo de producción constante y a las investigaciones en
torno a la masonería cristiana desde nuestros propios equipos de estudio.
Gracias a masonica.es por
este libro tan bellamente presentado.
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