Decíamos hace algunas semanas que este año sería de
una gran actividad para el Régimen Escocés Rectificado en América Latina. Y así
está comenzando.
Desde hace dos años –y luego de una sólida etapa de
formación- el RER, bajo los Estandartes del Gran Priorato de Hispania, está
instalado en Chile. Allí funciona la Respetable Logia
“Lux et Veritas” a la que hemos visitado el pasado fin de semana.
Pero más allá de la importante actividad propia del
RER -pues hemos elevado a un nutrido grupo de Maestros Escoceses de San Andrés
y llevado a cabo diversas reuniones- la visita tuvo dos actividades de enorme
importancia.
La primera de ellas es que -gracias a un acuerdo de
cooperación entre la Academia
de Estudios Masónicos de Chile y la Universidad Nacional
Andrés Bello- el Departamento de la carrera de Licenciatura en Historia de la Facultad de Humanidades
de dicha Casa de Altos Estudios, en conjunto con la
Gran Logia Autónoma de Chile, me permitió exponer
sobre los orígenes cristianos de la francmasonería, haciendo un recorrido por
las investigaciones medievales que hoy ya son conocidas luego de más de una década
desde la publicación de la primera edición de mi libro Ordo Laicorun ab
Monacorum Ordine.
Universidad Andrés Bello
En 2004, cuando esta edición vio la luz, la
existencia de una Masonería Cristiana –con fuerte presencia en Europa– era casi
desconocida en esta parte del mundo. Y quienes siguen este blog conocen de
sobra de qué modo se combatió, desde la propia francmasonería local, la inserción
de una masonería cristiana a este lado del Atlántico.
Me sorprendió también un artículo de Antonio Gil, publicado en la sección de cultura del
diario Las Últimas Noticias titulado "Masones y Cristianos" en el que, más allá de alguna imprecisión en cuanto a
grados, describe claramente lo que ocurrió desde que comenzó a hablarse aquí de
masonería cristiana. Y digo que me sorprendió porque ha sido tanto el esmero en atacar al
RER que el ver que las cosas comienzan a entenderse me parece mentira.
En un país donde una de las más antiguas Grandes Logias, le presta sus instalaciones al 3º Congreso de Pensamiento Ateo que, como si
fuera poco, descalifica a la propia masonería por haber perdido fuerza en su
combativo ateísmo, resulta claramente sorprendente y prometedor que un nutrido
grupo de dirigentes de casi todas las Obediencias Masónicas con sede en Chile
se reúnan, convocados por una Academia Masónica a escuchar acerca de los orígenes cristianos de la francmasonería, pero también sobre la crisis
que invade la regularidad y nuestro mito de base, que se cae a pedazos.
Cansados de un discurso monocorde que parece anclado
en el siglo XIX, en el que las masonerías “oficiales” siguen batiendo el parche
sobre el laicismo y proclamando que nada tienen de secretas, cual si se
hubiesen convertido en clubes barriales, muchísimos Hermanos comienzan a
percibir la necesidad de crear nuevos espacios masónicos en donde la masonería
vuelva a ocuparse de su asunto principal: Ser una Escuela Iniciática centrada
en el desarrollo del Ser Humano.
Conferencia sobre los orígenes cristianos de la francmasonería
Academia de Estudios Masónicos de Chile
¿Es que no se han dado cuenta que la causa de la
escuela pública es ya un grito universal? ¿Es que no se han enterado que lo que
diferencia a la francmasonería de un club social es justamente su carácter iniciático?
Enceguecidos por el odio a toda manifestación religiosa, y amparados en una
regularidad que violentan constantemente, los dirigentes de algunas Grandes
Logias oficiales verán –sin remedio- en el futuro cercano, el crecimiento de
espacios masónicos alternativos que son inevitables.
Supongo que a esta mirada controvertida se ha
referido el periodista y escritor Antonio Gil en la nota referida.
Al margen de estas dos conferencias (la primera en la Universidad Andrés
Bello y la segunda en un importante hotel de Providencia) este viaje me merece
algunas reflexiones más.
La más trascendente es que en Latinoamérica
carecemos de instituciones académicas que aborden la historia de la
francmasonería con un método científico. Es cierto que hay excepciones, como es
el caso del Centro de Estudios Históricos de la Masonería en Latinoamérica
y el Caribe (CEHMLAC), inspirado en el Centro de Estudios Históricos de la Masonería Española
(CEHME) fundado por José Antonio Ferrer Benimeli en la Universidad de
Zaragoza. Pero aún estamos lejos de una actividad masonológica académica como
la que existe en Europa.
En ese sentido, el hecho de que la Academia de Estudios Masónicos
de Chile –impulsada por la Gran Logia
Autónoma de Chile- haya avanzado en estos acuerdos con la Universidad Andrés
Bello hará que muchos masones dejen de mirar su propia historia a la luz del relato
antireligioso, obsoleto y –además- falso, con el que nos han entretenido
mientras el mundo marcha por asuntos más serios y urgentes.
Otra cuestión que me ha reavivado este viaje es
constatar que es imperativo crear marcos de diálogo y encuentro entre masones
de diferentes visiones y ritos; porque de otro modo la tan publicitada fraternidad se vuelve la más grande de las hipocresías.
Así están las cosas en gran parte de América del
Sur. Pero más allá de estas bajezas, hay un principio que atraviesa el corazón
de numerosos masones, que seguramente se sabrá abrir paso en medio de tanta
confusión.
En lo que atañe al Gran Priorato de Hispania y su
crecimiento por estos lares, daremos cuenta de ello en la página oficial de la Orden que es el lugar
indicado. Sólo me gustaría añadir en este artículo que en Chile, tal como lo han hecho anteriormente Argentina y Bolivia, las estructuras ya están preparadas
para que en el próximo mes de junio, oportunidad de la tercer gira del Gran
Maestre a la región, se constituya el Directorio Provincial de las Logias
Escocesas Reunidas y Rectificadas de América del Sur. Como he dicho al
principio, un año de mucho trabajo.
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