viernes, 24 de agosto de 2018

Hacia un Directorio Escocés Provincial en América del Sur


Alphonse de Lamartine, escritor y político francés, decía que solo el egoísmo tiene Patria, la fraternidad no la tiene. La cita me viene a la mente cada vez que llego a un lugar en el que me esperan mis Hermanos. Puedo recordar el modo en el que fui recibido en diferentes países, por Hermanos de distintas obediencias, y todos esos recuerdos son gratos. Sin embargo en estos últimos años, en los que por azarosas causas del destino –o por una gracia inmerecida– he viajado con frecuencia por mis responsabilidades para con el Régimen Escocés Rectificado y la Orden a la que pertenezco (Gran Priorato de Hispania), esta sensación de que la fraternidad no tiene Patria adquirió una dimensión especial.


Hace ya una década, un grupo de masones argentinos comenzábamos la temeraria tarea de desembarcar la antigua tradición cristiana del Rito Escocés Rectificado en tierras sudamericanas. En un continente en donde el Rito Escocés Antiguo y Aceptado reinaba desde el siglo XVIII, acompañado minoritariamente por los ritos de procedencia inglesa, el RER era algo exótico, un primo desconocido. En países en donde la palabra “masonería” es todavía casi un sinónimo de “destripa-fraile” hablar de masonería cristiana parecía un oxímoron.

Desde luego que no fue fácil difundir los orígenes de esta antigua tradición europea de una masonería caballeresca cuya partida de nacimiento es institucionalmente anterior a los ritos arraigados en América Latina. Claro que no fue fácil.

Decía que la tarea era temeraria –y realmente lo fue–, no solo porque pronto se manifestó la hostilidad de aquellos que verdaderamente creen que la francmasonería surgió espontáneamente en la modernidad, como consecuencia de una sociabilidad basada en el libre pensamiento (olvidándose de en qué se inspiraban los masones medievales y en nombre de qué construían miles de catedrales e iglesias), sino porque desde un principio, desde los primeros viajes a la Casa de la Orden, en Barcelona, teníamos claro que el objetivo no era solo el de levantar columnas de una Logia en Buenos Aires sino el de traer el RER a Sudamérica. Por otra parte no se trataba éste de un RER edulcorado, adaptado a la modalidad impuesta por quienes solo reconocen los tres primeros grados simbólicos de Aprendiz, Compañero y Maestro, sino de un RER en su máxima ortodoxia, cuya bisagra y bandera es ese cuarto grado de la Clase Simbólica denominado Maestro Escocés de San Andrés, poseedor a su vez de una Clase Caballeresca que conforma la Orden de los Caballeros Bienhechores de la Ciudad Santa. Ese era el desafió. Porque aquí no había Maestros Escoceses de San Andrés, ni mucho menos CBCS. Había que formarlos.

Con César Rivera, Gran Visitador General, Representante del GPDH en Bolivia
junto a los HH. con responsabilidades de gobierno en las Logias de la Orden Rectificada

De modo que en esa primera etapa los viajes a Europa se volvieron frecuentes hasta que pudo lograrse la masa crítica de HH.·. Maestros Escoceses, y luego el número de Caballeros –armados en Barcelona– que nos permitiese crear la primera Encomienda, y luego otras dos y, más recientemente, una Prefectura. Pero a poco de andar sucedió, en aquellos primeros tiempos, que un importante grupo de HH.·. bolivianos, encabezados por el M.R.H. César Rivera decidieron levantar sus primeras Logias en el Oriente de Cochabamba. Luego se sumarían los HH.·. chilenos liderados por el M.R.H. Pedro Morales Segura. La tarea dejó entonces de constituir una temeridad para convertirse en el desafío de un crecimiento prolongado.

Hace algunos días, en la sede del Gran Priorato de Hispania en Bolivia, dimos un paso muy importante, dejando plantados los cimientos para la creación del primer Directorio Escocés Provincial en América Latina, que es la denominación equivalente, en nuestro Régimen Escocés Rectificado, a una Gran Logia Provincial. Diez años después de aquel inicio, el RER en suelo hispanoamericano se encuentra a punto de completar la estructura de sus Logias y Capítulos bajo el estandarte del GPDH. 

En estos años se sucedieron al frente del Gran Priorato de Hispania tres masones que confiaron en nosotros y apoyaron este proyecto: los MM.RR.HH., Ramón Martí, Josep Martí –que vendría en varias oportunidades a tierras americanas– y su actual Gran Maestre, Ferrán Juste. Esperamos que el próximo viaje de dignatarios de la Orden Rectificada con asiento en Europa a estas latitudes sea con el objeto de instalar el mencionado Directorio Escocés Provincial.     

Entre las principales actividades llevadas a cabo en Bolivia se destacan las ceremonias en las han sido hechos Maestros Escoceses HH. quienes tendrán la responsabilidad de conducir nuevas Logias, en particular la que se creará próximamente en la ciudad de Sucre, “Et Vires Voluntatis Nº 12” a partir del Triángulo que ya funciona allí, tal como también ocurre en Santa Cruz de la Sierra. Fueron días intensos dedicados a la instrucción masónica y a las cuestiones administrativas necesarias para el cumplimiento de los objetivos del RER. La próxima constitución de autoridades provinciales marcará un paso definitivo y será, para algunos de nosotros, una meta cumplida y el inicio de una nueva etapa.

Pero volviendo a aquello de que la fraternidad no tiene Patria, quiero expresar mi agradecimiento a los HH. de Bolivia por todo el afecto y las atenciones recibidas. Es verdad que cada país tiene una idiosincrasia masónica diferente y que, aunque compartimos una misma raíz cultural, los sentimientos y las costumbres varían en cada lugar. Es muy relevante que en Bolivia la masonería se proyecte fuertemente hacia el interior de las familias y que los HH. compartan permanentemente actividades que incluyen a sus esposas y sus hijos. Esto es algo que no deja de sorprenderme por su intensidad y por el sentimiento profundo de amor que une a los miembros de nuestra Orden Rectificada en este querido país. Habla muy bien de todos ellos y especialmente de sus líderes. 

Ya finalizando esta breve reseña quiero hacer una reflexión acerca del egoísmo del que hacía mención Alphonse de Lamartine. En todos estos años vividos en el seno del RER, con sus ciclos positivos y negativos, con sus dulzuras y también sus amarguras –porque toda construcción humana es compleja– si hay algo de los que podemos estar orgullosos los masones rectificados de esta parte del mundo, es que siempre se antepuso el bien general como la razón de nuestros trabajos, y que cada uno, en la medida de sus fuerzas fue tan valiente como capaz de pensar en lo mejor para todos. Eso me produce una certeza, que permanece grabada en el corazón de los Maestros Escoceses: Meliora Praesumo. Los tiempos mejores son aquellos que aun están por llegar. 

3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Existe una masonería laica y apolítica, pero es solo una. Otras no lo son. De modo que su comentario es en extremo simplista.

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  2. Me alegra de sobremanera el crecimiento y avance de la Orden Rectificada. Sobretodo en éstos díad de crisis - no sólo economica- sino tsmbién de valores morales. "Con paso firme rumbo al éxito" era la frase que pregonaba otra institución, y que se viene tiempos de trabajo pero de éxitos y satisfacciones, sigan adelante QQHH.

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